Esta extraordinaria zona desértica y de yacimientos fosilíferos que no
es justamente un desierto sino un bosque seco tropical, tiene una extensión
total de 330 kilómetros cuadrados. El desierto de la tatacoa tiene dos colores
característicos: ocre en el sector del cuzco y gris en la zona de los hoyos.
A simple vista el desierto
carece de fauna, pero al adentrarse en él se pueden observar la presencia de serpientes
de cascabel, arácnidos (arañas y escorpiones), águilas, lagartos y comadrejas. En
el lugar también se han hallado los fósiles de moluscos, tortugas, roedores,
armadillos y perezosos gigantes, algunos del tamaño de un elefante y de mas de
60000 años de antigüedad. La vegetación predominante es del tipo herbáceo y
arbustivo; bajo este suelo erosionado y poblado de cactus y arbustos de
espinas, existen depósitos de fauna y flora correspondientes a diversas épocas
y periodos geológicos.
Esta silenciosa región semiárida de aspecto fantástico está habitada por
algunas familias que pastorean cabras y ganado vacuno y obtienen el agua de
moyas que cavan en la tierra. La temperatura es alta durante el día y benigna
durante la noche. La estación lluviosa corresponde a los meses de abril, mayo,
octubre y noviembre y la estación seca se concentra en los meses de julio,
agosto y septiembre. Junto con San Agustín y Tierradentro, la Tatacoa es uno de
los destinos turísticos más destacados del Huila.
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